La vida de una persona con una segunda casa en Géminis está llena de brillantes descubrimientos e ideas originales. Es un practicante que está bien versado en la realidad que lo rodea y es capaz de encontrar propuestas beneficiosas y útiles en todos los aspectos de su vida.
No le gusta limitarse a una sola dirección, siempre busca y encuentra fuentes adicionales de ingresos.
Algo superficial, en la comunicación con los demás se guía por consideraciones mentales más que racionales. Una persona es activa, enérgica, interesada en todo lo que sucede a su alrededor para obtener nueva información. No tolera la estabilidad y una larga estancia en un solo lugar.
El deseo de cambio a menudo lo empuja a viajar y, a veces, a cambiar su lugar de residencia. Rápidamente saciado con una realidad monótona, sin recarga emocional, cae en la depresión, se vuelve irritable y malhumorado.
Deducir del estado depresivo de esta persona es posible solamente con la ayuda de nueva información y el cambio del paisaje circundante.
Es un lógico que tiene una mente sobria y una actitud inflexible en sus convicciones. Para persuadirlo de que cambie de opinión se necesita una larga persuasión, respaldada por argumentos materiales.
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A menudo sucede que la persona que lo convence cae bajo la influencia de la persona de la segunda casa en Géminis y cambia sus propios planes y actitudes, ajustándose a las necesidades de esta persona.
Para un desarrollo más armonioso, una persona con géminis en casa 2 debe dejar de rociar su energía, necesita aprender a limitar sus actividades a una o dos direcciones.
En este caso, sus ingresos aumentarán, y la calma y la confianza en el futuro adquirirán la estabilidad necesaria. Para tal persona se caracteriza por la elección de actividades comerciales relacionadas con las habilidades de comunicación y la capacidad de maniobrar entre las personas.
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Puede llegar a ser un buen político y un empresario exitoso, pero sólo si aprende a frenar sus impulsos naturales y el deseo de cambiar de lugar y de actividad. En el fondo de su alma, esta persona comprende la futilidad de su vida, pero no quiere y no sabe encontrar en ella encarnaciones verdaderas y dignas de nuevas metas.